A ti, que me viras la cara al caminar. Que sólo piensas que vengo a incordiar. A ti te quiero yo cantar.
A ti, privilegiado por aquí nacer y no hacerlo en Gambia o en Argel, con un destino tan cruel, tan cruel...
A ti, que vas juzgando antes de conocer, que con tu hija no me quieres ver porque negra tengo la piel, y no le encuentro yo el por qué.